Escribo este diario para que, en un futuro, algún bardo o historiador cuente mis historias, porque pienso triunfar, pienso... ser recordado.
Soy un hechicero, un gran hechicero del viento. Puedo manejar este elemento a mi gusto: Mover objetos, transportarme con el viento, volar, controlar el tiempo meteorológico, usar el viento y los rayos como armas. Parezco peligroso, sí, pero no te equivoques, no busco poder, ni provocar el caos, sólo tengo un propósito... buscar la vida eterna.
Y dicho esto, empecemos.
A los 21 años salí de Gabriel, ya no necesitaba estar en aquel lugar, no tenía ningún vínculo que me atara. Decidí viajar, conocer mundo y aumentar mi conocimiento. Mi primer lugar que visité fue Moth, un país oscuro y a la que poca gente desea estar a no ser que quiera algo de allí, algo... oscuro. Permanecí en aquel país unos 6 años donde obtuve, aparte de conocimiento, supervivencia y combate. Gracias a ello, aún sigo pudiendo escribir este diario. Después me marché de allí y estuve deambulando, durante 3 años, por diferentes países del norte como: Goldar, Dalaborn, Galgados y como último, y donde llevo más de un tiempo establecido, Abel.