13 de agosto de 2012

Lucanor Giovanni


Matthew Gaul


14 Noviembre 992 d.C.

Tras pasar la noche pensando en lo sucedido dormí apenas unas horas: saben que soy hechicero, los ataques de las criaturas oscuras, la Sylvain y su Orden. Cuando la luz del sol asomó por la ventana aproveché a bajar temprano pero no fui el único que se desveló tan pronto, el resto de mis compañeros ya estaban desayunando, parece ser que querían resolver el misterio y encontrar al doctor lo más pronto posible para Flan. (No me explicaron detalles, pero oí como la Sylvain hablaba con Flan sobre su problema y conocía a alguien)

Al acabar de desayunar hablamos con la Sylvain y nos dijo tres posibles sospechosos del incendio, y uno de ellos era el mismo doctor que nombró anoche. Después de comentar todas las posibilidades quedamos que iríamos a ver al doctor donde Flan y yo hablaríamos pacíficamente explicando el problema y Gengis y Sofi afuera en caso de que haya problemas mayores. Dicho así, la Sylvain nos indicó donde encontrarle y esperó en la taberna mientras hacíamos la visita.

De camino a la casa del doctor deslumbré que salía humo muy negro de la chimenea, más negro de lo costumbre, pero no el dí importancia. Al llegar hicimos a lo acordado, Flan y yo empezamos a subir las escaleras del jardín hasta llegar a la casa mientras Gengis y Sofi hacían guardia. Subimos hasta dar a la puerta de la casa y Flan quiso mirar por la ventana. Todo lo que transcurrió después fue muy fugaz. Flan entró por la ventana con una embestida, y tras él, salió una llamarada de fuego por la ventana. Me retiré un poco hacia atrás y di un golpe con el pie a algo en el suelo. Al mirar reconocí las mismas runas mágicas que vi en la otra casa pero esta vez hecho con pierdas. Me entró un pánico enorme debido a mi fobia por el fuego y lo único que pensé fue en mi mismo, en mi supervivencia y salí corriendo escaleras abajo mientras gritaba a Gengis y Sofi "¡Peligro!". Parece que me escucharon porque en menos de unos segundos ya estaban subiendo por las escaleras en dirección a la casa mientras yo me iba alejando lentamente sin dejar de observar las llamaradas que salían por la ventana. Gengis y Sofi entraron en la casa y desde entonces no supe que pasaba dentro. Me parecieron horas desde lo ocurrido. Sólo me venía a mente recuerdos del pasado que siempre me han estado atormentado toda mi vida: gritos de mi hermano pequeño, fuego por toda la casa, mi padre calcinado....

Cuando salí de mi letargo de recuerdos, observé que el fuego había sido extinguido y mucha gente, que pasaba por la zona, estaban llevando cubos de agua hasta la casa. Al ver salir de la casa a mis compañeros supuse que lo que pasó no fue normal, aparte de las runas. Hablé con ellos y me explicaron que lucharon contra un demonio de azufre. Ahí encontré la relación de aquel fuego tan vivo y la explicación de las runas mágicas, eran para provocar fuego y darle poder mientras él estuviera dentro. Y no sólo fue eso, Flan contó que vio a alguien salir de la casa por la ventana nada más él entrar en la casa y que se fijó a una persona que se le quedó observando desde la calle mientras fumaba y seguidamente desapareció.

Al intuir que la persona que escapó era el doctor fuimos a la taberna para explicarle todo a la Sylvain. Lo encontró todo lógico ya que había alguien de los sospechosos que tenía lecciones sobre runas y fuego, pero no que fuera un demonio. Y al ver que el doctor escapó comentó que podría haber ido a estar refugiado con un amigo suyo de gran influencia: Lucanor Giovanni. Al escuchar ese nombre solté que le conocí en mi viaje y que tenía forma de poder hablar con él.

Nos dirigimos todos hasta su palacio. En las puertas decidí ir yo solo y explicarle la situación sin entrar en detalles sobre artefactos, magias y cuentos de hadas. Usé mi pergamino con el sello de Giovanni para conseguir entrar y tener una audiencia. Tras unos minutos de espera en el recibidor del palacio se dignó a aparecer Lucanor y su amigo, el doctor, Hall. Tras saludo y explicación del porqué esta urgencia para hablar con él, le pedí si podría Hall tratar a Flan ya que tenía una enfermedad poco común y extraña, digna de ser inspeccionada y tratada. Lucanor siempre hablaba por Hall, el cual siempre estaba al margen y apenas hablaba, y aceptó querer tratar a Flan. Salí de nuevo, me reencontré con mis compañeros y les di toda la información. Fuimos todos, menos la Sylvain, a ver a Lucanor y Hall. Ya dentro y en una habitación del palacio, Lucanor pidió que se explicara más con detalles el tipo de enfermedad que tenía Flan, así que Flan fue describiendo su problema sin mencionar la moneda. Yo, muy directamente, se lo solté todo, sin mentiras, consiguiendo atraer toda la atención de Lucanor. Al ver lo que era, aceptó amistosamente su operación... con una condición. Él quería una moneda. Le daba igual que fuera esa moneda, u otra, pero él tendría en sus manos una moneda. Era aceptar su condición o morir. Flan comentó que esa moneda no era suya y que la tenía que devolver, con lo que Lucanor nos dijo el lugar exacto de donde poder encontrar otra. Tras ver que no había otra salida, aceptamos forzudamente, aunque también pedimos algo a cambio. Yo pedí dinero, pero al ver que Gengis pedía información del Sol negro, me hizo cambiar de idea y también pedí el mismo tipo de información. Y, al finalizar, empezó la operación que consiguió sacar la moneda a Flan.

Pasaron días hasta que se recuperaba Flan en el palacio , pero de mientras Sofi, Gengis y yo pasábamos el tiempo por la ciudad o por la taberna. Lo que al día siguiente vino Hall y nos reunió a todos para tratar el problema que pasó estos días: el ataque del demonio de azufre, y había que buscar más pistas. Así que partimos con él y nos dirigimos a una de las entradas de las cloacas situadas a las afueras de la ciudad. Allí encontramos nuestra pista, un rostro de "fluido" mágico del cual podía visualizar e iba marcando el camino. Yo iba dando instrucciones de la dirección, ya que Gengis iba primero para entrar en batalla por si había problemas. Mientras íbamos haciendo el recorrido, le preguntamos a Hall el motivo del cual estaba dentro de la Orden de Samael y nos explicó que él era un Damiah (semi-gato). Me impresionó, pero la verdad es que no le veía nada diferente de su aspecto como para saber que era un Damiah. Sin darle importancia llegamos al primer encuentro donde el rastro mágico salía de las cloacas. Gengis se asomó por la salida y vio que era la primera casa quemada. Seguimos el rastro ya que volvía a entrar por las cloacas y llegamos al siguiente punto, la casa de Hall, y allí se perdía el rastro ya que fue donde murió. Lo único que tuvimos en claro era que el demonio de azufre se movía por las cloacas, para no ser visto.

Al ya no tener ninguna pista más decidimos regresar pero empezamos a advertir unos ruidos que venían por nuestras espaldas. Al echar un vistazo descubrimos que eran más monstruos de sombras que nos estaba acechando. Así que huimos hacia delante, corriendo todo lo posible, hasta llegar a una zona más amplia pero donde había cuatro bocas que daban a más cloacas. Y aquí es donde vi el rasgo de Hall, de que era un Damiah. Se puso a cuatro patas y empezó a correr y obtener velocidad como si de un felino se tratara. Al llegar a la zona amplia, Hall saltó arriba, se enganchó a unas barras metálicas y abrió para poder huir. El resto nos quedamos abajo y, en defensa, esperar a que llegaran los enemigos. Gengis desenfundó su arma, Sofi se concentró y yo hice lo mismo. Empecé a generar una magia que fue el corte de viento, un hilo fino de aire que cortaba todo lo que encontraba su paso, y lo generé con dirección a las cloacas que venimos. Salieron algunos monstruos del agujero, del cual recibieron el impacto e hice un corte en la pared, ya que era más alto que el tamaño del agujero. Sofi hizo algo extraño, no sé como definirlo, ya que jamas lo había visto, salió como un impulso de energía y que estrechó la salida del agujero. Y Gengis, con su arma, iba cortando y despezando aquel que se le acercaba. Pero había un problema, que de las cuatro salidas venían más, así que, sin escapatoria nos quedamos ahí sin poder salir, hasta que Hall lanzó una cuerda desde arriba

Conseguimos escalar la cuerda y escapar de los monstruos. Pero no huimos del peligro... Allí se encontraba una persona... una persona que nos estaban esperando. Era un hombre con una gabardina y un cigarro en la boca, pero apenas podíamos ver su rostro. Preguntamos quien era, pero sin dar su identidad, comentó que tenía una orden y era asesinar al Damiah. Y sin más que decir, puso la gabardina en el suelo, puso las manos encima, y de la gabardina salió una lanza que atravesó a Hall y murió de inmediato. Gengis, descubriendo que era un enemigo poderoso y queriendo hacer algo, desenvainó el hacha y fue a por él. El hombre lo esquivó facilmente, y por defensa, inutilizó los brazos de Gengis dejándolo en el suelo agotado y dolorido. Estando todos sorprendidos por la fuerza de este enemigo, no quise atacarle ya que no tenía ninguna posibilidad contra él. Y preguntandole, descubrimos su nombre y de donde proviene: se llama Alexander y viene de la Iglesia, es un Inquisidor y está en busca de seres mitológicos. Hice bien en no enseñar mi magia.

Alexander, al ver que su trabajo había acabado y no tenía ordenes de asesinarnos, desapareció al igual que como apareció. Sofi y yo decidimos irnos ya que era imposible trasladar a Gengis, aparte de que él quería quedarse allí recuperándose hasta poder moverse y llevarse su hacha, ya que no quería dejarla ahí y sólo él puede enfundarla. Y así acabó los dias de espera hasta que Flan se pudo mover y nos pusimos en marcha a nuestro siguiente objetivo: la moneda que se encontraba en la Fortaleza de Seifer, llamado Arconte Supremo Matthew Gaul, en el pais de Togarini y gobernado por Matthew Gau, un gran soldado de guerra con grandes dotes de estrategia y combate.


12 de agosto de 2012

Gengis



Autor: Pollo / Kellog's / David

30 de julio de 2012

12 Noviembre 992 d.C.

Tras una mañana de investigación y cierre de rumores sin éxito regresé al gremio. Nada más entrar, el tabernero me lanzó una moneda de oro, pero tras ella, vinieron hacia mí dos personas con la intención de cogerla. Uno de ellos, un chico mediano, de unos 18 años y muy ágil, y un chaval de 17 años, (aparenta mucho más) de 2,30m y musculoso, haciendo una barrida.

Sin más complicaciones, me aparté de ellos y dejé que disputaran por la moneda. Me acerqué a la barra, di mis noticias al tabernero, y mientras hablaba con él, el grupo se presentó. El chico ágil era Flan, el chico musculoso Gengis y, una niña de 16 años que les acompaña, Sofi. Tras la presentación, fui a mi habitación a descansar hasta la hora de comer.

Después de comer en el salón, fui a investigar más. Salí del gremio y dirigí mis pasos hacia la zona noble. Seguí sin obtener ninguna pista sobre los rumores, pero otro rumor me llamó la atención. Un zeppelin con destino a  Lucrecio partía aquella noche. Tuve una sensación que no pude explicar pero volví enseguida al gremio y acerté. El tabernero me comento que en aquel zeppelin podría obtener pistas del Sol Negro.

Salí del gremio y comencé a pensar rápidamente. Sabía que esos vuelos eran muy caros debido a que son únicos, atraviesas las guerras actuales entre los países intermediarios y recorrer cientos de  kilómetros en apenas días. Así que, tuve que asegurarme un pase en aquel zeppelin y sin llamar la atención. Debido a que es un viaje caro, sólo las personas de alto nivel social se lo podían permitir, así que decidí comprarme ropas caras e ir a conversar con nobles con la intención de que alguno pudiera invitarme o incluirme a su viaje.

Y así fue.

Encontré a un noble que me invitó a charlar con él, contarle todo tipo de historias, leyendas, fábulas y cuentos mágicos buscando entretenimiento a fin de pagarme un viaje en zeppelin y probar la sensación de volar y viajar cómodamente y por los aires. Se nos hizo la tarde conversando y al final de ella, se presentó como: Lucanor Giovanni, "emperador" y "gobernador" de Lucrecio. Sin más ni menos acabé conociendo a una celebridad, el mandatario más importante de todas las ciudades del mundo, después de Arkangel, ya que su país es el más avanzado tecnológicamente y uno de los más ricos, pero su dirección político y conflictos externos es neutra.

Así que le acompañé en un viaje que duró 3 días donde me enseñó el funcionamiento del zeppelin, todas sus zonas e incluso me dejó conducirlo.

Tras llegar el zeppelin a su destino, Lucanor Giovanni se despidió amablemente, sin antes darme un pergamino con un sello suyo en el que me autoriza una cita no previa e inmediata en el caso de que tenga problemas.

Al bajar del zeppelin, fui a dar un paseo por la ciudad ya que aún era de día, exactamente por la tarde. Y al hacerse la noche, fui a hospedarme a una taberna. Pero tuve una sorpresa, inesperada y un poco fraudulenta... mis compañeros del gremio estaban ahí. Parece ser que se colaron en el zeppelin ya que también tienen un objetivo en esta ciudad, pero aún no lo sabía, pero algo empecé a olerme. Al ver a Flan, pude fijarme más y descubrí algo que no vi la primera vez. Resulta que veía un aura mágica desconocida, maligna y muy potente que le salía del pecho, aparte de que se le veía unas venas negras que le consumían el cuello y seguían subiendo hasta el cerebro. Pero no quise preguntar, ya que podrían sospechar de mí y no saben que soy un hechicero. Además, podría estar relacionado con el Sol Negro, y si no es así, aquel artefacto podría interesarme. Y antes de que pudiera seguir pensando, Gengis interrumpió mis pensamientos con un movimiento brusco que hizo saltar la mesa. Salió corriendo con un bistec en la boca y sabía que era esa reacción. Peligro...

Salí detrás de él y salimos fuera de la taberna. Seguimos corriendo calle abajo mientras Flan y Sofi nos seguían detrás. Al girar una esquina, supe porque Gengis salió disparado de la taberna. Había dos sombras atacando a una chica. Gengis sacó su hacha y fue directo a ellos para realizar un corte diagonal. Sofi fue tras Gengis para realizar un golpe, pero no supe con qué, no le vi ninguna arma. Flan pasó entre los dos monstruos sombra, cogió a la chica y la puso a salvo. Y yo... Yo me preparé a realizar un hechizo. Tras unos segundos de combate, acabé de mentalizar, repasar y recordar las palabras mágicas en mi cabeza y finalicé el hechizo. Segundo después cayó un rayo del cielo impactando al bicho más cercano a Gengis y rebotando una vez al segundo bicho, dejándolos moribundos donde Gengis acabó con uno de ellos y el otro explotó. Conseguimos salvar a la chica y explicó su historia del porque le seguían esos monstruos.

Resulto ser una sylvain (elfa dicho vulgarmente), una criatura mágica mítica. Benditos mis ojos, que pude presenciar la vida de uno de ellos antes de morir. Explico que pertenecía de una Orden llamado "La Orden de Samael" en el agrupaban y protegían a criaturas mágicas y no-humanas. Pero el motivo del porque le seguían esas criaturas era porque le acusaban de un incendio de una de las casas de la ciudad, del cual ella no pudo ser porque no domina ningún tipo de magia de fuego, pero hasta que no hallaran al culpable, ella era sospecha y tenía que morir, según las normas de su Orden.

Aceptamos querer ayudarla, ya que ella confió en nosotros ya que tampoco eramos personas "normales" y fuimos a investigar aquella casa incendiada. Tras unos minutos busqueda y observaciones, descubrimos que el fuego se originó dentro y provocado ya que no había chimenea ni aparato de fuego. Al salir, encontré aquello que indicó el origen el fuego. Resulta que había unas runas dibujadas en el suelo y en ellas vi esencia mágica. Al preguntarle a la chica sobre los hallazgos encontrados intuyo de 3 personas sospechosas de este tipo de magia en su Orden. Pero quisimos dejarlo para el día siguiente y nos fuimos a la taberna a descansar y a protegerla.

27 de julio de 2012

Introducción

Me llamo Gabrius. Provengo de la ciudad de Gabriel, una ciudad famosa por su comercio. Pero actualmente no resido allí. Debido a mi talento, tuve que irme ya que nunca seré bienvenido. Hace muchos años que olvidé aquel lugar pero cada día me acuerdo de mi casa, mi familia, ya que por mi culpa murieron y ,como recompensa, tengo mi brazo izquierdo atrofiado. Pero no voy a entrar en detalles ahora.


Escribo este diario para que, en un futuro, algún bardo o historiador cuente mis historias, porque pienso triunfar, pienso... ser recordado.

Soy un hechicero, un gran hechicero del viento. Puedo manejar este elemento a mi gusto: Mover objetos, transportarme con el viento, volar, controlar el tiempo meteorológico,  usar el viento y los rayos como armas. Parezco peligroso, sí, pero no te equivoques, no busco poder, ni provocar el caos, sólo tengo un propósito...   buscar la vida eterna.

Y dicho esto, empecemos.
A los 21 años salí de Gabriel, ya no necesitaba estar en aquel lugar, no tenía ningún vínculo que me atara. Decidí viajar, conocer mundo y aumentar mi conocimiento. Mi primer lugar que visité fue Moth, un país oscuro y a la que poca gente desea estar a no ser que quiera algo de allí, algo... oscuro. Permanecí en aquel país unos 6 años donde obtuve, aparte de conocimiento, supervivencia y combate. Gracias a ello, aún sigo pudiendo escribir este diario. Después me marché de allí y estuve deambulando, durante 3 años, por diferentes países del norte como: Goldar, Dalaborn, Galgados y como último, y donde llevo más de un tiempo establecido, Abel.


Estoy en Arkangel, la capital de Abel, y estoy apuntado en un gremio (actualmente no tiene nombre, sólo un logo) en el que, a cambio de misiones y desafios, recibo dinero, cobijo, comida e información. Uno de los mandatarios es el tabernero, el cual nos referimos a él como tal, y es quien tiene más contacto directo con los mercenarios o la gente de la organización y nos da las misiones y recompensas. Llevo pocos días en el gremio y, de momento, mi misión es hacer callar los rumores que van cambiando de boca en boca sobre la mala influencia del gremio al haber crecido tan rápido en poco tiempo. Y así estoy, observando y siendo como "representante" del gremio para callar rumores. Ojala me pase algo emocionante pronto...